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Catechetical Homily on the Commencement of Holy and Great Lent in SPANISH

12 Φεβρουαρίου 2010

Catechetical Homily on the Commencement of Holy and Great Lent in SPANISH

BARTOLOMÉ

POR LA MISERICORDIA DE DIOS

ARZOBISPO DE CONSTANTINOPLA-NUEVA ROMA

Y PATRIARCA ECUMENICO

A TODO EL PLEROMA DE LA IGLESIA

SEAN LA GRACIA Y LA PAZ

DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO

Y DE NOSOTROS LA ORACION, LA BENDICION Y EL PERDON

Hermanos e hijos amados en el Señor,

Desde mañana entramos en el periodo de la santa y gran Cuaresma. En las vísperas contemplativas del perdón que se cantarán esta misma tarde, escucharemos al sacro himnógrafoque nos insta: “aferrémonos alegremente al tiempo del ayuno, disponiéndonos para las luchas espirituales” listos para el recibimiento de la purísima pasión y la santa resurrección de nuestro Teántropo Señor.

Se pide, pues, una disposición alegre a fin de dedicarnos con éxito a las luchas espirituales del periodo de recogimiento de las purificaciones y de las ascenciones. El ayuno, la abstinencia, la simpleza, la limitación de los deseos, la plegaria intensa, la confesión, y los demás elementos que caracterizan al periodo de la gran cuaresma, en ninguna circunstancia deben ser tomados como meras obligaciones, pesadas e insoportables, o como actos obligatorios que producen malestar y ofuscación. Los médicos cuando prescriben dieta o gimnasia u otros ejercicios necesarios para la buena salud y bienestar psicosomáticos, lo primero que piden, como condición fundamental para el éxito del tratamiento, es la buena predisposición psicológica del interesado, la sonrisa, y un pensamiento positivo y lleno de esperanza. Lo mismo sucede en el santo periodo de los ayunos que se nos presenta. Debemos ver a la gran cuaresma como un valioso don divino, como la gran hora de la gracia de Dios que nos aleja de las cosas materiales, terrenales y que exhalan muerte, y que a la misma vez nos eleva aún más alto, a la esfera del Espíritu llena de vida y salud; como la gran oportunidad que se nos es dada para que desintoxiquemos nuestra alma de toda pasión y para que eximamos al cuerpo de lo que es innecesario, destructivo y mortal, y, por fin, como una gran alegría y regocijo, como una verdadera fiesta y júbilo!

Sin embargo, mis queridos, el ayuno que la Iglesia pide de sus hijos, la abstinencia, la simpleza, la limitación de los deseos y de los placeres constituyen literalmente una receta salvífica, especialmente en este año en el que ha explotado una crisis económica mundial, que plantea el peligro directo de quiebra no solamente a nivel particular y de negocios sinó también a nivel pais en todo el globo, con consecuente y tremendo resultado el aumento de la desocupación sin precedentes, la creación de ejércitos de nuevos pobres, la desesperación, el estampido de perturbaciones sociales, el aumento de la criminalidad y cosas aún peores que éstas.

La santa gran cuaresma nos enseña a que nos manejemos diariamente con menos cosas y sin el agravio de la exageración, del malgasto y de la ostentación; a que alejemos la vanidad, a que ignoremos los provocaciones de las propagandas que continuamente proyectan y crean nuevas y falsas necesidades, y que nos limitemos a las cosas que son absolutamente necesarias e imperiosas con una simpleza voluntaria y digna. La santa y gran cuaresma asimismo nos enseña a no ser un rebaño consumista de personas imprudentes y descorazonadas, sinó una sociedad de personas sensibles que dan con amor un lugar y una mano de ayuda al otro, a nuestro “prójimo”, que no tiene más que dificultades. Todavía, la gran y santa cuaresma nos enseña la paciencia y la firmeza en la mayor o menor privación, como así también la búsqueda de la misericordia de Dios con mucha confianza en su entrañable providencia. Así quiere la cuaresma Cristo! Así la vivieron todos los santos! Así lucharon su lucha nuestros devotos Padres! Así la concibió antiguamente nuestra Nación! Así la proclama y la proyecta siempre, y especialmente en esta actual situación mundial tan dificultosa, la muy experimentada y siempre sobria Madre Iglesia de Constantinopla.

Habiendo expresado y proclamado estas reflexiones desde el sacro Fanar, en el amor de Cristo y con gran sentimiento de responsabilidad deseamos paternalmente que el sacro periodo que adviene sea con toda bendición y buena producción espiritual.

Santa y Gran Cuaresma 2010

+Bartolomé de Constantinopla

ferviente suplicante ante Dios

de todos vosotros